Una asociación sin ánimo de lucro es una entidad jurídica propia, resultado de la agrupación de tres o más personas físicas o jurídicas para el cumplimiento de un objetivo social, cultural, político, artístico, altruista o humanitario. Se trata de una figura que engloba inacabables finalidades distintas, pero que todas ellas comparten la no obtención de un beneficio económico.
Este tipo de instituciones por lo general se financian gracias a ayudas y donaciones derivada de personas físicas, empresas, e instituciones y organizaciones de todo tipo, y en algunos casos también se reciben ayudas estatales puntuales o regulares pudiendo recibir subvenciones públicas.
Una asociación de estas características sí puede obtener beneficios en su actividad, pero estos deberán ser considerados excedentes y reinvertidos a la entidad en cumplimiento de su finalidad. Por tanto, los criterios de inversión para este tipo de entidades suelen ser conservadores puesto que su prioridad es destinarlos a los objetivos sociales marcados.
Es habitual la figura de una entidad externa independiente que supervisa y asesora al Órgano de Gobierno respecto a las decisiones financieras de inversión tomadas por las entidades financieras a las que se les ha confiado la gestión de los excedentes financieros.
Las entidades sin ánimo de lucro tienen una responsabilidad limitada, es decir, su patrimonio se separa del de los socios. No obstante, debe considerarse que esto no exime que los asociados deban responder en caso de que causen a la asociación o a terceros daños o perjuicios de algún tipo. Si la responsabilidad ante deudas, daños o perjuicios no puede ser imputada a los miembros de la Junta Directiva, puede ser exigida a todos los socios como responsabilidad solidaria (Artículo 15 de la Ley Orgánica 1/2002).
Una asociación sin ánimo de lucro es una entidad con una gobernanza democrática en la que cada socio representa un voto. Los miembros deben reunirse como mínimo anualmente a través del órgano principal que es la Asamblea General. La mayoría de las organizaciones sin ánimo de lucro, tienen muchos menos grados de libertad y tienden a cambiar las estrategias lentamente. Conscientes de la responsabilidad que supone la inversión del patrimonio de este tipo de entidades, los criterios de inversión de EDM incluyen consideraciones de índole medioambiental, social y de gobernanza que ayudan a cumplir un propósito fundamental de carácter filantrópico: contribuir a que la inversión financiera sea cada vez más ética, transparente y responsable.
Es habitual que los excedentes económicos derivados de la actividad de la entidad sin ánimo de lucro se inviertan para obtener una rentabilidad hasta el momento de ser destinados al cumplimiento del objeto social. La política de inversión determinada por la Junta Directiva y los órganos de gobierno ha de velar por la preservación del patrimonio, cubrir la inflación y generar una rentabilidad a dichos excedentes económicos. Para ello es fundamental contar con una gestión profesional realizada desde el rigor y conocimiento de las necesidades de este tipo de asociaciones. Desde EDM llevamos años gestionando eficazmente el patrimonio de entidades sin ánimo de lucro invirtiendo de acuerdo con los fundamentos, basándonos siempre en negocios de calidad, prósperos y responsables y con un estilo de gestión tradicional.
Estamos convencidos que la trayectoria de honestidad, sensatez y un estilo de inversión no especulativo que caracterizan la gestión de EDM, son la fórmula más adecuada para velar por la protección del patrimonio de estas asociaciones.
